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Liderazgo inspiracional

  • Miguel Ángel Campos
  • 17 may 2016
  • 2 Min. de lectura

Liderazgo Inspiracional

“Si quieres construir una nave, no repartas órdenes y trabajo entre tu gente, simplemente muéstrales la indómita inmensidad del mar”.


¿Qué te hace más líder, llevar tu propia empresa, tu cargo oficial, un capricho o la manera en la cual inspiras a la gente para seguirte?


Para Warren Bennis, lo que en verdad te convierte en líder es tu capacidad de transformar tu visión en una realidad tangible, concreta. Es un proceso complicado y largo que puede requerir desde una hasta miles de personas pero el primer paso para que se unan a tu sueño es inspirar.

¿Alguna vez has sido conmovido por un poema, frase o escena de película hasta las lágrimas?, no necesitas ser un poeta para conectar profundamente con algún lema, libro, canción, video o película de los cuales jamás te olvidas, los relees, contemplas o escuchas a todo volumen hasta mil veces. Eso que sentiste fue inspiración, te cautivó la maestría en el contenido, forma en que se eligieron y acomodaron, hay algo intrínseco en las palabras profundas que aún en silencio, tan sólo con leerlas en nuestra mente nos trasmiten su pasión. Sin embargo esa pasión aumenta cuando palabras profundas van acompañadas de gestos, ademanes y tonos que apuntan en el mismo sentido del discurso en esa persona.

Cuando tu líder estás frente a su equipo, frente a tu gente a punto de implantar una idea, a punto de arrancar una empresa o de generar un cambio radical dentro de la organización, debes conferirle suma importancia a la manera en la cual lo dices. Organiza bien tus ideas antes de expresarlas, escoge bien las palabras, si hay oportunidad ensáyalas. Pon atención al tono, gestos y ademanes que usas pues (al igual que una organización funcional), todos los elementos deben apuntar en la misma dirección. Al hablar frente a tu gente debes ser muy congruente, íntegro; lo más importante es que comuniques tu pasión de manera espontánea, entusiasta, con la candidez de un niño que desea ir a Disneylandia. Si tú eres un gran apasionado de tu trabajo, contagiarás la energía necesaria para propulsar fuera de órbita el gran cohete espacial de tu visión.

Recuerda, la inspiración es el combustible de tu nave, así que como líder en lugar de atosigar, abrumar y agobiar a tus trabajadores con órdenes y regaños para lograr tus metas, cautívalos mediante argumentos sólidos, en un lenguaje sublime de poeta y ellos te seguirán embelesados a los confines de tus sueños...


Proóximamente: mente rica, mente pobre;


Maratón...


 
 
 
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